Un artículo de Andrea Tornielli
que apareció en el diario
«Il Giornale» del jueves 19 de mayo de 2005
Lourdes, el «prodigio» de la Hostia levitada.
(Palabras de cabecera al principio del artículo) Las imágenes inéditas de un episodio inexplicable ocurrido el 7 de noviembre de 1999 durante una misa celebrada por los obispos franceses en la basílica inferior de Lourdes. En el momento de la invocación del Espíritu Santo, la partícula se levanta y queda suspendida hasta la Comunión.
Se trata de un episodio poco conocido, aunque las imágenes del suceso fueron transmitidas en directo por la televisión francesa «Antenne 2». Un caso muy singular, (apoyado por una documentación televisiva tan clamorosa que deja sin aliento), que podría ser «un auténtico prodigio eucarístico moderno». No se puede llamar «milagro eucarístico» porque no hay ningún juicio al respecto por parte de la Autoridad Eclesiástica, pero ciertamente es un acontecimiento que hace reflexionar mucho.
A este «milagro eucarístico» está dedicado el último capítulo del libro del periodista Renzo Allegri «Il sangue di Dio» (Ancora, 2005, 13,00 euros), que describe algunos de los «milagros eucarísticos» más significativos de la historia. En varios momentos en los que la fe en la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Jesús en la Eucaristía -una de las piedras angulares de la doctrina católica- ha flaqueado, se han producido fenómenos milagrosos, con Hostias que han sangrado y se han transformado en carne. El libro de Allegri los relata con todo lujo de detalles y sin caer en el milagrismo. El libro se cierra con la descripción de lo que ocurrió en la basílica inferior de Lourdes, el 7 de noviembre de 1999, durante una misa solemne concelebrada por los obispos franceses, muchos sacerdotes y todos los superiores de los monasterios trapenses del mundo.
En las imágenes inéditas extraídas del vídeo, que «Il Giornale» reproduce, se puede ver en primer plano a quien preside la Concelebración Eucarística, a la izquierda el cardenal Jean-Marie Lustiger, el entonces arzobispo de Lyon monseñor Louis-Marie Billé, creado cardenal en 2001 y fallecido al año siguiente. En el primero de los tres fotogramas, tomado del vídeo, se puede ver claramente que en la patena, delante del obispo, hay una gran Hostia blanca. En realidad, las Hostias son dos, mucho más grandes que las utilizadas por los sacerdotes italianos, como es habitual en Francia. Al comienzo de la Santa Misa, las dos Hostias aparecen en la película apoyadas la una en la otra, perfectamente adheridas, formando un solo cuerpo, de modo que uno ni siquiera se da cuenta de que son dos y no una. Se colocan en la patena, una especie de bandeja, y se adhieren a ella perfectamente. En la película hay varias tomas de ellas en esa posición y no hay dudas de que las dos Hostias se colocan físicamente una encima de la otra y se adhieren a la patena. En el momento de la Epíclesis, es decir, cuando los sacerdotes extienden sus manos sobre el pan y el vino invocando al Espíritu Santo, se produce el fenómeno.
Se puede ver claramente que la Hostia superior empieza a desprenderse de la de abajo y a subir. «El movimiento -escribe Allegri- es impresionante: la Hostia se eleva como si un muelle se hubiera roto debajo de ella y oscila tres, cuatro veces en el aire antes de tomar una posición fija y horizontal, a un centímetro de la de abajo, y luego permanece en esa posición hasta el final del Canon».
Las imágenes de televisión destacan varios momentos de la ceremonia, durante los cuales el celebrante se mueve, se desplaza, y así es posible ver, a través de las dos Hostias, una elevada en el aire y la otra adherida a la patena, el color de las vestiduras que lleva el celebrante. Como la película con estas imágenes es bastante larga y rica en primeros planos, uno tiene la posibilidad de adquirir, con razonable certeza, que no se trata en absoluto de una ilusión óptica o de un engaño de perspectiva. Los expertos en la materia, tras un examen minucioso de la película, han excluido absolutamente una manipulación técnica de las imágenes. Menos aún son imaginables los hilos o trucos ilusionistas perpetrados por los más altos representantes de la jerarquía católica francesa.
¿Milagro eucarístico? Como ya se ha dicho, las autoridades eclesiásticas francesas, preguntadas en varias ocasiones, optaron por no hacer comentarios oficiales. Sin embargo, quien ve esa película siente una emoción indescriptible porque asiste con sus propios ojos a la ocurrencia de algo que racionalmente no tiene explicación. El autor del libro recoge la opinión de un teólogo presente en la celebración, que considera que «se trata de un verdadero signo sobrenatural» y que tiene un significado ecuménico, dado que para la Iglesia ortodoxa es precisamente en el momento de la Epíclesis cuando el Cuerpo y la Sangre de Cristo se hacen presentes, para ser luego «ofrecidos» por el propio Cristo a través de las palabras del sacerdote.
En la foto: la partícula en el momento de la invocación del Espíritu Santo se elevó y permaneció suspendida hasta la Comunión, durante la Santa Misa concelebrada por el episcopado francés en la basílica inferior de Lourdes, el 7 de noviembre de 1999 (Foto de «Antenne 2»).
Artículo de Renzo Allegri – Roma – Febrero
«El Misterio de la Eucaristía»
… Un caso curioso ocurrió en Francia en noviembre de 1999. Durante la celebración de una misa en la Basílica inferior de Lourdes, en el momento de la consagración, la Hostia superior (había dos grandes Hostias) se elevaba y permanecía suspendida en el aire hasta el final del Canon, antes de la doxología final («Por Cristo, …»). La ceremonia fue filmada en directo por la televisión y miles de personas, en sus casas, vieron el fenómeno. Existe, en Francia, también un vídeo de esa misa, del que hemos obtenido la imagen reproducida en estas páginas.
La misa fue celebrada por el arzobispo de Lyon. Con él concelebraron el cardenal de París, Jean-Marie Lustiger, todos los obispos franceses, numerosos sacerdotes y todos los superiores de los monasterios trapenses del mundo. En esa ocasión se utilizaron hostias mucho más grandes de lo habitual. Al principio de la Misa vemos que la Hostia está apoyada sobre la otra, adherida a la patena, una especie de bandeja. En la película hay varias tomas de ella en esa posición y no hay duda de que la Hostia está físicamente apoyada en la otra. En el momento de la Epíclesis, cuando los sacerdotes extienden sus manos invocando al Espíritu Santo, se ve que la Hostia se desprende de la subyacente, que sigue adherida a la patena, y se eleva. El movimiento es impresionante: la Hostia se eleva como si se hubiera soltado un muelle debajo de ella y oscila tres o cuatro veces en el aire antes de adoptar una posición horizontal fija. A continuación, permanece en esa posición hasta el final del Canon. ¿Milagro? Las autoridades eclesiásticas, preguntadas en varias ocasiones, han optado por no hacer comentarios. Pero hay miles de personas que han visto ese fenómeno en la televisión.
Renzo Allegri informa del hecho en el último capítulo de su libro
El Papa proclamó 2005 como «Año de la Eucaristía», dedicado al misterio de la Hostia y el vino que se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo en la misa. Un recorrido por los numerosos e inexplicables prodigios que ha propiciado a lo largo de los siglos.